Andrew Keen es un famoso emprendedor inglés muy popular en Silicon Valley por sus iniciativas en medios digitales y sus artículos en periódicos y revistas especializadas.
The Cult of amateur es un libro que escribió hacia el 2007 y en el que reflexiona sobre cómo el mayoritario contenido basura que se genera y se expone en internet mediocriza la cultura y debilita las economías. Un libro que, como dicen algunos críticos, era necesario.
¿Es realmente necesario este libro? Yo considero que sí. Que es un libro muy valiente, pues, cuando todo el mundo celebraba el concepto 2.0, apareció este autor advirtiendo de los peligros y de los daños que causa y causará este concepto tecnológico si no se realiza un gran esfuerzo por parte de la sociedad y se combaten los males que puede crear sobre las nuevas generaciones. ("What you may not realice is that is free is actually costing us a fortune")
El libro es, en sí, una dura crítica a la famosa Web 2.0 y el "Broadcast Yourself", nuevos conceptos en los que el individuo se ve llamado a expresarse y a encontrar su identidad generando una grandiosa cantidad de contenido amateur que supera al profesional y lo aparta, lo desplaza y lo vulgariza, haciendo por tanto un gran daño a la industria cultural por el hecho de que el internauta confía su aprendizaje a unas herramientas de participación generalista de escasa credibilidad (fiabilidad cultural), llámese Wikipedia, blog, Youtube, Google, Facebook, etc...
Keen utiliza el teorema de H.T. Huxley (el abuelo de Aldous Huxley, autor del libro "Un mundo feliz") según el cual "si entregásemos a infinitos monos infinitas máquinas de escribir alguno de ellos generaría alguna obra maestra", para armar su ataque al rumbo que ha tomado internet con el 2.0: somos millones los monos frente a máquinas de escribir, y cada uno quiere autopublicar su novela, sus poemas, subir sus videos de cantante a Youtube, exponer sus fotografías, ir de periodista en un blog... con toda la cantidad de contenido vulgar que ello conlleva y que apenas se puede discriminar culturalmente hablando, pues esa discriminación es a su vez elegida por los propios monos que priman más el entretenimiento y la vulgaridad que el intelecto.
Así, va tejiendo una defensa de lo profesional y lo culto criticando duramente al pilar básico del 2.0, la democratización de la creación cultural. Internet es democrático, y él critica esa idea, pues considera que "una sabiduria creada democraticamente es una sabiduria mediocre".
Keen critica a Wikipedia y sus constantes cambios realizados por cualquier usuario y su auge en detrimento de la Enciclopedia Británica. Advierte de las posibilidades de engaño y enmascaramiento que ofrece internet. Un anonimato libertario al que se refiere que genera actitudes que, en un mundo real, se considerarían delictivas: infracciones de copyright, descargas ilegales, insultos y vejaciones, acoso sexual, y un número cada vez más incipiente de problemas con las redes sociales. Lo que tiene nombre y apellidos tiene una responsabilidad; un nick en el mundo 2.0 está exento de culpa.
Critica duramente a Google, al que ve como "un parásito que no crea contenido" y que posiciona según el criterio de la mayoría; y la mayoría tiene escaso gusto o no se dirige a lo más culto. Habla de los intereses que se esconden detrás del anonimato de la globoesfera y de los videos supuestamente amateur, el llamado "Brand terrism on internet": a la publicidad le interesa el anonimato, como si el mensaje lo hiciera otro igual al consumidor. Tiene razón, la publicidad y la propaganda vuelven a estar más encubiertas que nunca. La democratizacion está restando importancia a la verdad, apartando al discurso cívico, y disminuyendo lo experto, la experiencia y el talento.
Sin embargo...
... su defensa de la cultura, de los derechos de autor y de la propiedad intelectual, su libro, pese a ser necesario, no está exento de critica.
En qué se equivoca:
En su defensa de la cultura, Keen, tan solo nombra buenos periodistas de reconocidos medios (New York Time, The Guardian, BBC...), se olvida de que hay periodistas titulados y expertos titulados con experiencia como los que defiende que generan tanta o más basura que los blogger o usuarios de internet. Hablese de la prensa rosa o vulgar que tan acostumbrados estamos a ver en kioskos, televisión y ahora en internet. No habla del daño que hace a la sociedad hacen estos medios basura tras los que hay periodistas y editores más o menos reconocidos. No habla de la indefension de la gente ante los grandes grupos de medios. Para él, todo lo que suene a gran medio es fiable y creíble y sin manipulación.
Aunque yo también considero que, con la aparición del 2.0, los internautas (entre los que me incluyo) nos hemos focalizado demansiado en el "Broadcast Yourself", dejando a un lado la formación intelectual para intentar "crear" una gran cantidad de contenido que configure nuestros "Yos" o simplemente nos entretenga, creo que esa misma expresión es un derecho que tiene todo el mundo, pues, pese a que Keen (o cualquier periodista, científico, filósofo del New York Time, doctorado...) considere que está ante una mala redacción de escasa credibilidad, ante mala música, malos poetas, malos escritores entre los que nadie discrimina el contenido (pues ya existe todo tipos de "self": publica tu libro tú mismo, ten tu canal de video, sé periodista...) es un acto artístico que la masa ha de juzgar, pues, a lo largo de la historia, son bien conocidos los graves errores de criterios de los críticos de la industria cultural.
Por ejemplo:
"La conjura de los necios": Premio Pulitzer 1981 y considerado un gran clásico de la sátira. Su autor, John Kennedy Toole envió el manuscrito a numerosas editoriales y todas lo rechazaron. El autor se quitó la vida y fue su madre la que años después encontró el manuscrito y no cejó en su empeño (pese a que todas y cada una de las editoriales a las que fue la mujer rechazaron de nuevo el manuscrito) hasta que un pequeño editor la publicó. La novela obtuvo el Pulitzer y fue la más vendida durante años en muchos países. Hoy es un clásico.
¿Dónde estaban los excelentísimos literatos-linguistas y demás entendidos en literatura y en ventas de las editoriales?
¿En qué pensó Ana Frank cuando escribió su diario: en vender muchos libros con una editorial y que los escritores del momento alabaran la calidad de escritura, o en expresar lo que sentía y el drama que estaba viviendo como podría hacer cualquier persona que en la actualidad tenga un blog?
Rechazo de las discográficas, Rechazo de las editoriales (La catedral del mal. Hasta 8 editoriales la rechazaron. Y habrían ejemplos hasta el infinito...)
La "basura", señor Keen, siempre se ha amontonado en un lugar y se sigue amontonando en pasillos y trasteros de editoriales y discográficas... Ahora Internet ofrece un nuevo horizonte al creador.
Quizá sea extremadamente dura su crítica al blog amater. ¿Por qué no habría cualquiera de poder tener un blog? Por qué ha uno de ser uno licenciado en periodismo para dar una noticia? La gente debe saber discriminar. Olvidemos internet. Cuando uno va a un kiosko ha de saber diferenciar los buenos periódicos de los malos. No todo es bueno porque esté en papel o tenga un editor detrás. En una biblioteca, uno ha de saber elegir entre muchos libros con autores más o menos expertos o con unas u otras inclinaciones polìticas o intereses. No creo que Jimi Hendrix hubiera salido elogiado en un conservatorio. Es más, no creo que tuviera estudios oficiales en música. ¿Acaso la música empieza y acaba en Mozart y Beethoven o en lo que digan las discográficas?
El autor se olvida de que la vida no es una clase de universidad. Tambien se aprende en la calle, con las experiencias de los demás, no solo de periodistas y profesores titulados. Yo mismo soy licenciado y no escribo en un periódico, pero tengo mi blog, mi espacio para expresarme como me gusta. Los entendidos también se equivocan. El éxito es también intuición, no solo conocimiento.
Los tiempos han cambiado de manera significativa: ahora la conexión permite el abuso por parte del individuo sobre la industria. Habría que escribir un libro sobre los abusos de la industria sobre el individuo. Cuando defiende tan drásticamente a la industria se olvida de lo que debe la industria a la opinión de los consumidores. De lo que han aprendido de ellos. De lo que ha abusado y sigue haciéndolo. Habla de las perdidas de trabajo, pero no del uso que ha hecho la industria con el consumidor.
SOLUCIONES:
Keen propone soluciones. Son parecidas a las que yo daría, pero no las voy a contar porque contaría todo el libro y me acusarían de chafarlo y resumirlo y de crear pérdidas a la industria del libro. Léanlo. Cómprenlo en papel por 10 libras o descárguenlo por menos precio en PDF. Yo lo he comprado y Andrew recibirá su correspondiente royalty (como debe ser, su obra intelectual lo merece, fuera de bromas).