3.5.11

La basura y las Redes Sociales.

Película policiaca de los 90. Los policias están delante de la casa del sospechoso. Necesitan saber algo más de él: saben el coche que lleva, que se levanta temprano y sale al trabajo vestido de etiqueta; que se para en un Donkin Donuts antes de meterse en la oficina, que sale al Mcdonals a comer, que llega a casa puntual, cierra la puerta y solo sale para dejar la basura. Tiene datos pero necesitan saber más de su comportamiento, de sus hábitos, de su estado de ánimo, de sus secretos... datos necesarios para que los psiquiatras forenses reconstruyan un perfil más exacto y puedan decidir si es la persona que buscan, si va a volver a actuar, o todo lo que dice ser es, simplemente, una mentira.
Los policías, que ya están hasta los cojones de seguirlo una y otra vez, saben bien dónde pueden encontrar la información que necesitan: en su basura. "Nuestra basura, amigos, dice mucho de nosotros".
Llevan varios días cogiendo la bolsa negra que el individuo saca cada noche:
-Le cuesta dormir porque toma pastillas para dormir.
-No tiene animales domésticos. No hay nada que lo indique.
-Se ha curado heridas últimamente. Hay gasas y esparadrapo.
-Se informa de todo lo que dice la prensa porque tira los periódicos. A algunos les faltan algunas noticias.
-Ha lavado ropa en la tintorería. Hay una factura. Poca ropa, un pantalón y una camisa. Probablemente la del crímen.
-No tiene muchos amigos. Hay una factura de teléfono. Una de las llamadas es al extranjero.
-El otro día se detuvo en una agencia de viajes. Está pensando en huir al extranjero.
...
Esta información la han obtenido cogiendo sus últimas tres bolsas de basuras. Si tuvieran un archivo con años de su basura (qué se yo, 5 años), delante de la casa, bolsa tras bolsa, apuesto a que lo sabrían todo, exactamente todo, de ese individuo: a dónde va, de dónde viene, cómo escribe (cartas), cómo le escriben, estudios (apuntes), amigos (fotos, facturas de teléfono...), intereses (revistas, peliculas, DVD, ropa vieja...), cómo se lleva con determinados amigos y familiares (regalos,...) las novias que ha tenido (preservativos, fotos rotas...)...
No habría interrogatorio al que pudiera resistirse.

Imaginemos que esos policías son trabajadores de una Red Social (Facebook, Twitter...) y el investigado eres tú: Esos "policías" no necesitarían más de ¿unos días? ¿unas horas? ¿menos?
No creo que tuvieran que detenerse a hacer un perfil. El perfil se ha ido haciendo poco a poco mediante herramientas informáticas de marketing. Ese sujeto ya era objeto de un exhaustivo seguimiento automatizado. Accedió a ceder su basura; dio su consentimiento a todo sin pega alguna.

Y en su perfil en la Red Social ha dejado patente para siempre (en más o menos tiempo):
Cómo se llama, dónde vive, qué ha estudiado, quiénes son sus amigos, su número de teléfono, el número de teléfono de los amigos que tiene en el móvil, dónde va, qué ve, qué le gusta, qué no le gusta, cómo se relaciona con los demás, cuántas novias ha tenido, con quién tiene una relación, ha colocado fotos de su infancia, de su juventud, de la actualidad, de sus hijos, sus estados de ánimo: cómo está en vacaciones, en el trabajo, cómo lleva sus relaciones sentimentales; qué se va comprando, de qué se va desprendiendo, a dónde viaja, a dónde ha viajado, si tiene faltas de ortografía, cómo se expresa, si tiene coletillas al hablar, si es mal hablado, si es bien hablado, si tiene web y la tiene da muchos más detalles de él mismo y de los que le rodean, y si tiene blog enlazado ya ni te cuento, qué tendencia política tiene, qué problemas cotidianos tiene, los trabajos que ha tenido, las borracheras que va teniendo (escritas o fotografiadas), si bebe alcohol con asiduidad, su club de fútbol, si es más o menos forofo de algo... Y hasta el infinito. En menos de 1 año.

¿A dónde va esa basura? ¿Quién tiene acceso a ella? ¿Quién va a disponer de ella en un futuro si está en manos de una empresa y unos propietarios privados? ¿Cuando nos daremos cuenta de que eso no irá, como la basura física a un vertedero en el que se perderá para siempre?

Me lo pregunto cada día al tirar algo más de basura a la red. Aun sabiendo que, aquí, el juego es otro. Y controlar totalmente la "basura" que dejamos en la red, es difícil. Porque los demás también esparcen nuestra basura, y, desgraciadamente, el contrato que hemos firmado, de momento, es irreversible.

A esto habría que sumarle los papeles oficiales publicados en internet (boletines oficiales que informan de las deudas, p.ej) a los que tiene acceso todo el mundo y que encuentran los motores de búsqueda de manera rápida y que no van a borrar. Porque el derecho al olvido, o al menos, al recuerdo lento, no está garantizado.

Interesante artículo relacionado con este hecho: The art of forgetting in the age of obiquitous computing.

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